jueves, 15 de octubre de 2009

EL MAL DE CHAGAS - MAZZA

El mal de Chagas es la enfermedad más importante de la Argentina. Pero no muchos lo saben y a otros tantos no les importa. Tal vez, porque es la enfermedad de la pobreza. Tal es el desinterés, que no hay datos exactos sobre la cantidad de infectados. Algunos especialistas hablan de dos millones y otros duplican la cifra.

Por la amplitud del área que abarca, por la gravedad de las alteraciones cardiacas y de otros tipos que ocasiona y por su carácter endémico, la enfermedad de Chagas es uno de los principales problemas de la salud publica en nuestro país.
El Dr. Carlos Chagas (1879-1934), celebre investigador brasileño, realizo un descubrimiento que tiene un historial muy interesante, pocas veces repetido: el parasito fue encontrado antes que la enfermedad.
Cuando este investigador fue enviado a Lassance – estado de Minas Gerais, Brasil- para estudiar algunos problemas sanitarios encontró que los "barbeiros", nombre popular de las vinchucas en el Brasil, tenían en sus deyecciones unos protozoarios que identifico como parásitos del genero Trypanosoma, de que se conocían algunas especies en otras partes del mundo.
La nueva especie la denomino Trypanosoma cruzi en homenaje a Oswaldo Cruz, su maestro.
En la Argentina, la enfermedad de Chagas fue estudiada principalmente por el Dr. Salvador Mazza, trabajador infatigable, quien mostro su gran importancia sanitaria, describió formas clínicas y difundió sus análisis a través de la Misión de Estudios de Patología Regional Argentina, que fundara.
Para el estudio y control de esta enfermedad, la Secretaria de Salud Publica de la Nación ha creado el Instituto Nacional de Diagnostico e Investigación de la enfermedad de Chagas "Dr. Mario Fatala Chaben" y un Servicio Nacional de Lucha con programas en las provincias endémicas.


Nosología general:
La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis cruzi humana, es una parasitosis producida por el protozoo flagelado Trypanosoma cruzi, hematófilo pero que se reproduce en los tejidos, por la división binaria, múltiple y progresiva, pasando por una forma no flagelada: amastigote.
Se transmite entre diversos hospedadores animales, mamíferos silvestres y domésticos, a sus congéneres por insectos hematófagos, conocidos en la Argentina y países vecinos con el nombre vulgar de "vinchucas".

Vinchuca:
Es el vector de la enfermedad. Como en todos los insectos, el cuerpo de la vinchuca esta compuesto de tres regiones: cabeza, tórax y abdomen. Exteriormente podemos observar que la cabeza posee los órganos sensoriales, en el tórax están insertados los órganos locomotores y en el abdomen, el aparato reproductor y las aberturas respiratorias.
La cabeza es alargada, fusiforme en la mayoría de las especies. Posee un par de ojos compuestos, que son globosos y salientes, un par de ojos menores, los ocelos y un par de antenas, órganos receptores de sensaciones que no han sido bien determinadas aun.
En la cara ventral del tórax se insertan las patas que son delgadas y relativamente largas. Gran parte del dorso del abdomen esta cubierto por alas. Queda descubierto el conexivo, que es el reborde que rodea el abdomen y se destaca por mostrar manchas transversales claras, característica muy importante para identificar a las vinchucas.



La vinchuca domiciliaria:
Hay mas de un centenar de especies de vinchucas, 16 de ellas habitan en nuestro país, pero no todas tienen importancia epidemiológica en la transmisión del Trypanosoma Cruzi, que es un parasito unicelular microscópico, agente casual de la Enfermedad de Chagas.
Un grupo de especies tiene hábitos silvestres y es vector del trypanosoma entre los mamíferos salvajes. Otro grupo suele invadir la zona peridomiciliaria, estableciéndose en gallineros, corrales, conejeras, etc.; se alimenta sobre los animales domésticos, participando en la transmisión del parasito al perro, gato y otros mamíferos que se crían cerca de las viviendas: estas especies de vinchucas están muy cerca del hombre, pero no llegan a invadir las viviendas del hombre y por lo tanto no se alimentan sobre el ni le transmiten la enfermedad.
En nuestro país hay una sola especie de vinchuca que convive habitualmente con el hombre en el interior de las viviendas y se alimenta con su sangre: es Triatoma infestans, llamada popularmente chinche gaucha, vinchuca negra, o simplemente vinchuca. A esta especia nos referimos.
El adulto mide entre 2 ½ y 3 cm de largo; el macho es algo menor que la hembra. Una manera bastante segura de diferenciar la vinchuca domiciliaria de otras especies, es observar las bases de las patas, que presenta un color amarillo que se destaca del negro de la coloración general del insecto.

Área geográfica:
La distribución geográfica de la vinchuca es sumamente amplia: prácticamente abarca ahora todo el territorio del país pero las regiones más afectadas (o con presencia usual de la enfermedad) son las de clima calido o templado y seco (provincias del norte y del noroeste, principalmente, y algunas del oeste tales como San Juan y Mendoza) pero a partir de esas regiones se ha ido extendiendo cada vez mas, transportadas por la misma gente.

Hábitos de vida:
La vinchuca – triatoma infestans- es una especie casi exclusivamente domiciliaria. Se la encuentra principalmente en la vivienda del hombre y también en los lugares propios de animales domésticos – gallineros, palomares, conejeras-.
Si consideramos la vivienda del hombre, vemos que no cualquiera es elegida por la vinchuca para anidar y mantenerse. Elige las que tienen características especiales favorecedoras de sus hábitos: el insecto se refugia sobre todo en las grietas de los pisos y paredes, detrás de los muebles y otros objetos, en las partes que no son periódicamente limpiadas, debajo de la cubierta de los techos o paredes que ofrecen resquicios, entre el empajado de quinchos y ranchos y en las soluciones de continuidad de paredes de adobe mal embarradas o sin revocar. Los depósitos donde las cosas se mueven con poca frecuencia también son lugares predilectos.
En las viviendas, la presencia de la vinchuca se descubre con relativa facilidad por medio de sus deyecciones, de color pardo-amarillento y negro que manchan las paredes como si fueran gotas de tinta china.
En las noches calurosas o templadas, cuando las personas se retiran a dormir y apagan la luz las vinchucas comienzan a salir de sus refugios; si están en los techos o en la parte alta de las paredes se dejan caer desde la altura, siendo característico el ruido que provocan. Las vinchucas solo se alimentan de noche y de día no salen de sus escondrijos. Esta característica explica una frecuente costumbre de los moradores de las zonas mas afectadas por la vinchuca; la de dormir con la luz prendida para ahuyentar a estos insectos.
Para llegar al hombre dormido la vinchuca suele demostrar mucha astucia; por eso cuando se procure proteger de su ataque con mosquitero, conviene meter los extremos de este debajo del colchón, pues el insecto procurará encontrar cualquier lugar descuidado para penetrar. Además, el mosquitero deberá colocarse también de forma tal, que, al dormir, los brazos y las piernas no se pongan en contacto con el tul, a través del cual suelen picar.
Una vez sobre el hombre o animal del que se alimentara, que habitualmente esta inmóvil por estar descansando, la vinchuca endereza su pico, que lleva normalmente plegado sobre la parte inferior de la cabeza, apoya su extremo en la piel, introduce sus largos estiletes, inyecta saliva irritante y anticoagulante y comienza a chupar sangre durante algunos minutos. La picadura no produce en el momento molestia alguna, por lo que el insecto puede alimentarse con toda tranquilidad y ausentarse luego sin ser advertida en la mayor parte de las veces. Después de la picadura, la región afectada suele presentar una ligera hinchazón rojiza que produce escozor, a veces se hace algo dolorosa pero luego pasa sin mayores consecuencias.
Luego de esto la vinchuca suele defecar cerca del lugar de la picadura, y en ese momento es cuando se produce el problema: uno, al rascarse la picadura, introduce en su piel el material defecado y así el parásito ingresa en el cuerpo. Los animales pueden infectarse de la misma forma y también contraen la enfermedad comiendo un insecto infectado.
Una vez atiborrada de sangre, la vinchuca llega a presentar el aspecto de una uva; no puede volar y regresa a su refugio caminando por el piso y subiendo luego por la pared, tarea en la que por los frecuentes descansos, emplea largos minutos y aun horas.

La resistencia de las vinchucas al ayuno es notable: la ninfa del primer estado vive hasta tres meses sin necesidad de alimentarse; la máxima resistencia se observa en la ninfa del quinto estado que puede soportar hasta 200 días de ayuno.




Otras maneras de contagio es por vía placentaria (de la mamá al bebé), por transfusiones sanguíneas, por la leche maternal, por contaminacion accidental en el Laboratorio (son múltiples los casos conocidos de enfermedad de Chagas por infección accidental en laboratorios médicos, por manipulación de vinchucas y animales infectados, cultivos de T. cruzi o material biológico proveniente de enfermos graves o de animales infectados. De estas desgracias es conocida la infección fulminante que costo la vida al argentino Mario Fatala Chaben), por el manejo de animales infectados, etc. Algunas son posibles, pero no al 100% (caso de transmisión por la placenta o la leche materna).


Evoluciona en 3 periodos:

1. AGUDO o de comienzo que dura alrededor de 20 a 30 dias; común en niños. Se presentan de manera súbita fiebre, escalofrios, dolor de cabeza y de los musculos del cuerpo, malestar general e inapetencia. Pueden darse hinchazón de los párpados de un ojo ("ojo en compota") y zonas de endurecimiento cutaneo que pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo, especialmente en las partes descubiertas. Estas zonas generalmente tienen un color rojo y alta temperatura local.
2. INTERMEDIO o DE LATENCIA, cuya duración es variable y puede alcanzar varios años; durante ese tiempo no hay ningún síntoma; solamente se puede poner en evidencia la enfermedad por medio de análisis de sangre en la que se comprueba las alteraciones provocadas por la enfermedad o también (aunque mas dificilmente), viendo los tripanosomas.
3. CRONICO, con una duracion que depende de la gravedad que alcance el proceso. Por lo general es una manifestación tardía de la infección. Se la encuentra en casi un 15% de quienes han padecido el contagio y sus manifestaciones más evidentes están en la relación directa con las alteraciones del corazón. Sus síntomas mas comunes son: palpitaciones, disnea, dolores referidos al área cardiaca, dolor en la zona hepática y sobre todo, manifestaciones típicas que se observan en el electrocardiograma, aunque no haya síntomas clínicos. La mayor parte de los síntomas son indicación de daño cardiaco, que cuando es importante lleva a grados variables de insuficiencia cardiaca. La gravedad del proceso es variable, pero lo que le da la característica alarmante es la frecuencia con que el daño cardiaco se produce.


Medicación:
Hasta hace poco, sólo los menores de 14 años podían recibir un tratamiento contra la enfermedad.
Ocurre que el Radanil, la droga que se utiliza para curar a los chagásicos, producía un ataque de hígado en los pacientes que superaban esa edad. Pero médicos especializados demostraron que utilizando un tratamiento combinado con un hepato protector (Biletán Forte), el grado de toxicidad disminuía considerablemente.
El doctor Mariano Levín, investigador del Instituto de Biología y Medicina Experimental del Conicet y director del proyecto Genoma del Trypanosoma Cruzi en la Universidad de Buenos Aires, informó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) certificó en un reciente informe que con el Radanil se puede curar el Chagas y, además, se aconseja el tratamiento con esta droga para los enfermos crónicos de cualquier edad.

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